domingo, 15 de enero de 2012

Gracias por el sabor.

Y es así cuando vuelvo a mis sensibilidades
cuando dejo mis desmanes, mis "mentiras de mi"
cuando la lluvia logra seducirme, y preguntarme,
gota a gota, ¿qué será de mi cuando se vaya?,
cuando me moje, y te moje con mis labios ya resecos,
mis mares de agua sublime y verde, y mi sangre
siempre roja, así como la tuya.

Como si se pudiera describir los finales, 
tal vez en vez de inventarlos, debería vivir,
tal vez es hora de olvidarme de buscar,
de pedir palabras , de enfrentar 
y darse cuenta de que todo está atrás.

Y con la cabeza llena de ideas nada concretas,
de aire y otras pequeñas cosas.

Con nuestras manos ya no entrelazadas,
con mi corazón que me dice que aún te pertenezco,
con la duda de si son nuestras las miradas
o solo son mi deseo que las maquilla y me engaña.

No me gusta aceptar que tu risa me provoque tanto dolor
y que esa risa ya no la provoque yo, tu sonrisa tan linda.
Si te dije ¿no?, te ves más linda cuando sonríes.

"Hoy soy más bien triste, aunque afortunado"
Edel habla muchas veces sabio y sincero.
Y triste si estoy, y afortunado más, pues
aunque quizá no lo comprenda del todo para 
decírtelo con las palabras, sé que mi fortuna
es haber sabido de ti y conocerte,
vivirte en muchas maneras, tanto en deseos,
promesas e historias, en sabernos, porque
yo te sé, y sé a que sabes también,
y que ese sabor agridulce que hoy me das 
me devolvió mucha vida, me hizo saber que también fallé
y que volver no sé, quiero, pero ¿cómo?
también a entender, no puedes hoy, quizá después,
en otra vida tal vez.

Y no me importa quien me lea ni quien me escuche,
ni quien me viva ni quien me muera, 
hoy les doy a vuelta a todos mis complejos
y me enorgullece escribirte a ti
¿A quién más podría hacerlo?

Sonríe, así te vez más linda.